Supervisar al personal de atención al cliente.
Asegurar que el equipo cumpla con los protocolos de atención establecidos.
Monitorear el desempeño individual y grupal.
Brindar apoyo y retroalimentación continua.
Gestionar quejas y reclamos complejos.
Implementar mejoras en los procesos de atención.
Controlar los indicadores de desempeño (KPIs).
Organizar turnos y cargas de trabajo